lunes, 4 de junio de 2012

... ¿AÚN NO LO HAS LEÍDO?




Si aún no has leído nuestro libro, este aparte puede despertar tu interés:

... "No queremos terminar este libro sin apelar, por un lado, a varios dolorosísimos casos en los que los niños fueron sometidos a injusticias sin nombre, no fueron amparados por la ley a pesar de los riesgos evidenciados, no fueron respaldados por las instituciones que abogan por sus derechos, no fueron respetados y amados por quienes más debían hacerlo: sus propios padres, quienes terminaron haciéndolos sus víctimas; y por otro, a varios hermosísimos casos en los que los niños han sido depositarios del amor y sus beneficios, como debería ser siempre; casos que nos ilustran un poco situaciones en algo diferentes a las que hemos plasmado hasta este momento, y que buscan sensibilizar a los lectores, para que desde su papel en la sociedad coadyuven si tienen el poder para cambiar las cosas, en el propósito de sembrar semillas que den frutos de justicia para los hijos.

Hay casos que a todas luces evidencian que son reales los ejemplos de padres mencionados en el capítulo 2 y que el terror puede vivir en la casa de muchos niños, donde debería habitar el amor, la protección, el amparo, la ternura, la dulzura, la bondad, la compasión, la paciencia, la confianza, la alegría…, las sonrisas, las carcajadas, los abrazos, los besos, los dibujos en las paredes, las fotos que atrapan momentos inolvidables, la comida caliente y a tiempo… la justicia… lo que los niños realmente merecen.

Demos una mirada a estos casos (por casos como estos nos atrevemos a proponer algunas medidas, más adelante)...


... Los casos anteriores muestran un escenario en el que los padres han estado lejos de cumplir su responsabilidad frente a sus hijos -en espíritu, alma y cuerpo- y su compromiso social...

... Pero, por fortuna, hay otro escenario en el que otros han cumplido suficientemente y de manera ejemplar, más allá de lo que comúnmente se espera de un buen padre...

... En estos casos se advierte que se trata de hombres normales, de carne y hueso, tan humanos como tú y como nosotras, que han decidido sensibilizarse frente a las necesidades de otros, de sus propios hijos, y no han dudado en dar lo mejor, nada del otro mundo, nada inalcanzable, simplemente amor manifiesto."

1 comentario:

  1. Creo indudablemente que de lo que el ser recibe y de lo que se nutre, de eso mismo da a otros a lo largo de su vida. ¿Cuánta responsabilidad tienen los padres y madres de ayer por lo que los adultos de hoy están haciendo o dejando de hacer? Si el "mal va en aumento" ¿cuántas cosas más tendremos que ver y oír sobre actos de hombres cuyo corazón no ha sido cultivado en los jardines del amor y el respeto?
    Estamos a tiempo de sembrar buena semilla en nuestros hijos, para que den buenos frutos, en lo que de nosotros como padres y madres, dependa.

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